Envío gratuito en España desde 49€
Sostenibilidad, agricultura y medio ambiente, Temporada, Tomate
Emparrado de las tomateras en nuestro huerto
Tras plantar las tomateras hace unos 45 días, estas ya cuenta con un tamaño que nos obliga a guiar su crecimiento, para garantizar la salud de la planta y la viabilidad de los frutos.
El emparrado de las plantas de tomate es una práctica esencial para optimizar el crecimiento y la producción de los tomates. Este proceso consiste en proporcionar un soporte estructural para que las plantas puedan desarrollarse verticalmente, evitando que los frutos toquen el suelo y reduciendo el riesgo de enfermedades. Existen varias opciones para emparrar las plantas de tomate, cada una con sus ventajas y desventajas. A continuación, se describen las opciones generales y se detallan dos métodos específicos que hemos utilizado en nuestro huerto experimental en el Jardín de Gaia.
Opciones Generales para el Emparrado de Tomates
- Estacas individuales: Colocar una estaca junto a cada planta de tomate y amarrar los tallos principales a la estaca a medida que crecen. Este método es sencillo y económico, ideal para huertos pequeños.
- Enrejados o mallas: Utilizar estructuras de malla o enrejado para soportar varias plantas. Las plantas se entrenan para crecer a través de la malla, proporcionando un soporte robusto y eficaz.
- Jaulas de tomate: Jaulas metálicas, de cañas o plásticas que se colocan alrededor de cada planta. Son muy efectivas para variedades indeterminadas que crecen en todas direcciones.
- Sistemas de cuerdas o cordeles: Colgar cuerdas desde una estructura superior para que las plantas se enreden a lo largo de ellas. Este método es ideal para invernaderos y proporciona un soporte flexible y ajustable.
Métodos Utilizados en el Jardín de Gaia
En el Jardín de Gaia, hemos implementado dos métodos específicos de emparrado que han demostrado ser muy eficaces para nuestras necesidades:
- Estructura con Malla Plástica
Hemos creado una estructura robusta utilizando dos listones de hierro corrugado a cada extremo de las líneas de tomate, que tienen entre 5 y 10 metros de longitud. Entre los listones, colocamos dos cables de acero para proporcionar estabilidad. Sobre estos cables, fijamos una malla plástica que actúa como soporte para las plantas.
Los tomates se unen a la malla utilizando grapas y abrazaderas. Este método permite que las plantas crezcan de manera ordenada y vertical, facilitando el acceso a los frutos y mejorando la circulación de aire, lo que reduce el riesgo de enfermedades fúngicas.
- Sistema de Cordino Suspendido
En este método, también usamos dos listones de hierro corrugado, pero en lugar de una malla, conectamos los listones con un cable de acero a 1,5 metros de altura. Desde este cable, colgamos un cordino por cada rama de la tomatera. Las ramas se unen a los cordinos con abrazaderas, permitiendo un crecimiento guiado.
Este método es particularmente útil para plantas que producen frutos pesados, ya que el cordino ayuda a distribuir el peso de manera uniforme, evitando que las ramas se rompan o caigan al suelo.
Paralelamente al emparrado y guiado con ambos sistemas, vamos podando las ramas que tocan el suelo, las que se ven en peor estado y las que por su desarrollo, pueden penalizar la correcta evolución de la tomatera y de sus frutos, y por supuesto, los chupones que van surgiendo en la intersección de muchas ramas principales con el tronco
Evolución de nuestras tomateras
Plantamos nuestras tomateras hace aproximadamente 45 días. Alrededor de 30 días después de la plantación, observamos las primeras flores, lo cual es una señal de que las plantas están listas para empezar a fructificar. Hace un par de días, notamos los primeros tomates, aún en un estadio muy temprano: son muy pequeños y, naturalmente, muy verdes.
Durante esta etapa, estamos enfocados en analizar e identificar el correcto cuajado de la flor del tomate. El cuajado es el proceso mediante el cual una flor se convierte en fruto. En nuestro huerto, identificamos el cuajado observando si la punta de los estambres adquiere un tono verde oscuro. Este cambio de color indica que la flor ha sido polinizada con éxito y está en proceso de convertirse en un tomate.
Es muy gratificante observar que la gran mayoría de las flores analizadas en nuestro huerto están cuajando correctamente. Este éxito es un buen indicativo de que nuestras prácticas de emparrado y cuidado de las plantas están funcionando bien.
Evolución Esperada de los Frutos
Una vez que una flor de tomate ha cuajado, el fruto tarda entre 40 y 60 días en madurar completamente, dependiendo de la variedad de tomate y las condiciones de cultivo. Durante este tiempo, los tomates pasan de ser pequeños y verdes a su tamaño y color característicos de madurez.
Las plantas de tomate pueden tener varias floraciones a lo largo de la temporada de crecimiento. En general, cada planta puede producir flores nuevas cada 7 a 10 días, lo que permite una producción continua de frutos. Una planta saludable puede tener múltiples floraciones, especialmente si se le proporciona un buen cuidado y condiciones óptimas de crecimiento.
Ambos métodos de emparrado que hemos utilizado han sido cruciales para apoyar el crecimiento de nuestras plantas y asegurar que los frutos tengan un buen desarrollo. Continuaremos observando y cuidando nuestras tomateras para garantizar una cosecha abundante y saludable
Opiniones de clientes y Fotos de pedidos
Más del 50% repite, haz tu primer pedido con entrega en cualquier punto de España sin gastos de envío desde 19€, cupón: FREE33