Setas
🌲🍄 ¿Por qué no hay boletus aereus ni amanitas cesáreas este verano en el monte?
Jul
Las cestas vacías han sorprendido este verano a muchos recolectores que esperaban llenar el monte de vida fúngica tras una primavera húmeda y suave. Con lluvias, tormentas e incluso granizo, todo parecía apuntar a una temporada excelente de boletus aereus, boletus aestivalis y la elegante amanita cesárea, la reina naranja del monte. Sin embargo, la realidad ha sido distinta: las cestas siguen vacías y la temporada parece “parada”.
🔍 Condiciones perfectas… a medias.
A simple vista, el monte ofrecía lo necesario para una buena cosecha:
🌧️ abundantes lluvias y tormentas
❄️ granizo beneficioso, que se derrite lentamente y penetra en profundidad
☀️ temperaturas diurnas altas típicas del verano
Pero el secreto está en los detalles. Este año las noches han sido inusualmente frías en muchas zonas, llegando en algunos casos a los 5 °C. Este contraste entre días calurosos y noches heladoras es especialmente dañino para la amanita cesárea, muy sensible a las mínimas bajas. Además, la distribución de las lluvias no ha sido homogénea. Aunque en general ha llovido bastantehay zonas que han recibido menos agua justo donde suelen crecer estas especies. Esa desigualdad impide que la humedad en profundidad llegue a todos los lugares críticos para el micelio.
👑 El gran ausente: boletus aereus.
De todas las especies que deberían estar despuntando ahora, el boletus aereus es el más esperado. Considerado el rey estival por su carne firme y su aroma profundo, suele aparecer en encinares y robledales cuando el suelo está caliente tras lluvias intensas. Sin embargo, este año parece que las condiciones no han sido lo bastante constantes: aunque el suelo se empapó con el granizo y la lluvia, no todas las capas profundas han retenido bien esa humedad; las noches frías han roto el equilibrio necesario para mantener el calor del suelo que este hongo necesita; los microclimas locales, con variaciones de humedad y temperatura entre zonas, han retrasado su salida en muchos parajes. En definitiva: aunque a simple vista parecía que todo estaba a favor, la combinación de frío nocturno, lluvias desiguales y condiciones inestables ha sido suficiente para frenar la explosión de estas setas. La micología no responde a fórmulas sencillas: pequeños desajustes pueden retrasar semanas su aparición, incluso con una primavera excelente.
✨ Una sorpresa: los rebozuelos.
Aunque los boletus y las amanitas no han aparecido como se esperaba, la primavera trajo un inesperado regalo: los rebozuelos, que crecieron en abundancia y llenaron muchas cestas. Para los recolectores, más que un premio de consolación, fue una alegría inesperada y muy bien recibida. En resumen, la naturaleza este verano ha seguido su propio ritmo, y por ahora las estrellas del monte han decidido esperar mejores condiciones.
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